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  • Foto del escritorJORGE EDUARDO RODRIGUEZ

POR 30 MONEDAS

Actualizado: 14 abr 2022



AUTOR: Dr. Jorge Rodriguez-Sierra


 

INTRODUCCIÓN

Hay una expresión que dice que todo tiene un precio. En una serie donde entrevistan a personas en la calle se les pregunto si serían capaces de quitarle la vida a una persona a lo que respondieron categóricamente que no, pero cuando se les dijo que se les pagaría un millón de dólares la gran mayoría ya no dijo no sino que bajo ciertas circunstancias si serían capaces de hacerlo. Mostrando de esta forma que los valores y los principios a veces están regidos por el amor al dinero y que muchas cosas que decimos creer en realidad no es cierto.


Vivimos sin darnos el tiempo para pensar en que creemos y en realidad quienes somos, pero cuando se presente una situación especifica esta hará visible lo que pensamos y lo que somos capaces de hacer. Al leer sobre las acciones de Judas Iscariote uno de los doce discípulos de Jesús debe darnos la oportunidad de aprender no solo de este hombre sino también nos debe llevar a hacer una revisión de lo que nosotros somos y creemos.



JUDAS EL TRAIDOR

Mateo 10:4 RVR60

"Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó."


Judas Iscariote fue uno de los 12 discípulos de Jesús y es reconocido como el que lo entrego implicando que fue él quien lo puso en manos de los religiosos para ser juzgado y condenado; incluso Lucas en su Evangelio lo llama traidor por haber violado la lealtad a su maestro (Lucas 6:16). Judas Iscariote siempre al ser mencionado aparece al final de la lista de los discípulos. Este hombre cometió el delito más terrible de la historia de la humanidad al entregar a Jesús, el único hombre perfecto, sin pecado, santo, el Hijo de Dios; para que fuera falsamente acusado y crucificado.

Judas significa Jehová guía, cosa que termino siendo solo un nombre ya que no cumplió con las expectativas que sus padres tenían para él. Al parecer su padre era alguien conocido ya que Juan en su Evangelio al mencionarlo nos dice que su nombre era Simón (Juan 6:71, 12:4, 13:2, 13:26)

Iscariote significa hombre de Queriot, una ciudad humilde en el sur de Judea y es usada esta referencia junto a su nombre para diferenciarlo del otro discípulo que también se llamaba Judas. Es interesante mencionar que todos los demás discípulos eran de Galilea y se conocían, él fue el único de otra región y era desconocido para los demás.

El llamado de Judas por Jesús para ser su discípulo no es mencionado en los Evangelios, pero si es mencionado al final como uno de los doce que Jesús estableció para que estuviera con él y fue enviado a predicar y se le dio autoridad para sanar y echar demonios como los otros 11 (Marcos 3:13-19). Incluso cuando muchos de los seguidores de Jesús lo abandonaron Judas fue uno de los 12 que decidió permanecer con él (Juan 6:66-67). Además se consiguió la confianza del grupo ya que lo eligieron como el responsable de manejar el dinero (Juan 13:29) y nadie sospecho de él cuando Jesús dijo que uno de ellos era un diablo (Juan 6:70-71), durante la celebración de la Santa Cena al mencionar que uno de ellos lo iba a entregar (Juan 13:21-22) y señalarlo directamente no lo entendieron (Juan 13:25-26) y cuando abandono la reunión para ir con los sacerdotes los demás pensaron que iba a realizar una tarea noble (Juan 13:27-29).

Judas era un hombre que sus actos desde un principio demostraba que no tenia en cuenta a Dios y que amaba el dinero ya que se aprovechaba de su posición para robar como nos dice el Evangelio de Juan : “Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar: ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.” (Juan 12:3-6).


Este hombre por fuera mostró ser un seguidor genuino de Jesús y pudo engañar a todos pero nunca a Jesús ya que él como Dios conoce los pensamientos mas íntimos que tenemos (Juan 2:25).



EL PRECIO DE LA TRAICIÓN

Mateo 26:14–16 RVR60

"Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle."


Las Escrituras no mencionan la razón por la cual Judas decidió entregar a Jesús a los religiosos, solo se menciona que los religiosos se alegraron y prometieron darle dinero (Marcos 14:10-11) y es aun mas interesante notar que ni siquiera Judas pone precio a su traición sino que deja que estos lo asignen. Jesús no tenía ningún valor en especial para Judas, ya que acepta el pago de 30 monedas de plata, este era el precio que se pagaba por un esclavo: “Si el buey ataca al esclavo o a la esclava de alguien, el dueño del buey deberá pagarle al dueño del esclavo o esclava treinta monedas de plata...” (Éxodo 21:32), para este discípulo traidor Jesús tenia el mismo valor que un esclavo.

A partir de ahí su objetivo fue solo como encontrar la mejor ocasión para señalar a Jesús y entregarlo.



LAS CONSECUENCIAS DE LA TRAICIÓN

Mateo 26:24–25 RVR60

"A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho."

El primer paso estaba dado Judas ya había hecho el trato de entregar a Jesús. En el orden de los eventos cabe mencionar que esa noche en que se llevo a cabo la traición, Jesús lavo los pies a sus discípulos y dijo abiertamente que uno de ellos no estaba limpio en referencia a Judas (Juan 13:10-11). Al parecer Jesús estaba llamando la atención de Judas pero este no fue afectado ya estaba su decisión tomada, incluso Mateo nos menciona que Judas fue reconvenido severamente al mencionar las consecuencias que tendría esta acción de traición pero nuevamente no tuvo el mas mínimo efecto.



EL COLOR DE LA TRAICIÓN

Juan 13:27–30 RVR60

"Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto. Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto. Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres. Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche."

La expresión que mejor representa la misión y las consecuencias que traería sobre la vida de Jesús nos la da Juan cuando después de escuchar decir a Jesús que lo que va hacer lo hagas pronto, la reacción de Judas debe de impresionarnos ya que tranquilamente toma el bocado para comerlo, al salir de la reunión se nos menciona que era ya de noche. Esta forma de cerrar este evento es muy elocuente porque nos hace ver que Judas Así se perdió en la obscuridad para llevar a cabo el acto más negro de su vida. Su corazón y mente estaban fijos en su propósito de entregar a Jesús por lo que fue a buscar a los principales sacerdotes que ya habían planeado arrestar y matar a Jesús ya que no lo toleraban (Mateo 26:3-4) y sentían un profundo resentimiento en contra de él como bien lo percibió Pilato al notar la envidia que le tenian (Mateo 27:17-18).



LAS ACCIONES DE LA TRAICIÓN

1 Pedro 5:8 RVR60

"Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;..."

Judas había permitido que Satanás le dominara al haberse rendido a la tentación. Las acciones de Satanás son muy elocuentes, primero le pone en el corazón y la mente traicionar a Jesús: “Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase,...” (Juan 13:2), luego lo lleva a hablar con los religiosos: “Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce; y éste fue y habló con los principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de cómo se lo entregaría.” (Lucas 22:3-4) y finalmente antes de salir de la cena Satanás entra nuevamente en Judas para que lleve a cabo la traición: “Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.”(Juan 13:26-27). Satanás derroto y domino a Judas empezó por la mente, luego lo planeo y finalmente actuó; así siempre actúa el enemigo. Al final de cuentas es solo Judas él único responsable de este acto criminal, fue advertido pero no escucho. No fue el Diablo fue Judas quien decidió pecar contra Dios. Muchas personas para evitar la responsabilidad de sus actos culpan a Satanás de todas sus malas acciones pero solo ellos son los responsables cuando cedieron ante Satanás en sus mentes. Ante los embates de Satanás la clave es resistir con una fe firme (1 Pedro 5.9).




LA RAZÓN DE LA TRAICIÓN

Mateo 26:25 RVR60

"Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho."


Mateo 26:48–50 RVR60

"Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron."

Durante la celebración de la Cena del Señor podemos leer que los demás discípulos al dirigirse a Jesús le decían Señor, titulo designado para alguien que se le reconoce con poder y autoridad (Mateo 26:22), mientras que Judas le dice Maestro a Jesús (Mateo 26:25) y lo vuelva a repetir cuando se le acerca para identificarlo y que sea aprendido (Mateo 26:49) este título es un termino honorifico y respetuoso para referirse a un maestro de la ley mosaica, dirigirse así ante Jesús revela que para él no tenía autoridad ni poder por lo que  jamás creyó que Jesús fuera el Hijo de Dios. También es importante notar que Jesús lo identifica como a un amigo (Mateo 26:50) el cual es un apelativo para una persona que se una con otras personas en alguna actividad, es sinónimo de compañero marcando con esto el hecho de que Judas era considerado por Jesús no como un discípulo ni como un seguidor de Él.


El problema de Judas es que jamás fue capaz de ver a Jesús como el Mesías prometido, el Salvador que lo iba a dar libertad espiritual, para el solo fue un hombre que podía realizar grandes y asombrosos milagros y que podía enseñar. Judas tuvo el privilegio de ver milagros tras milagro y ser advertido por Jesús a través de las enseñanzas de la Parábola del mayordomo infiel (Lucas 16), de la Parábola de la fiesta de las bodas (Mateo 22), de ser advertido que no amara el dinero (Mateo 16:19-34), de evitar el orgullo (Mateo 23:1-2). Incluso recordamos que Jesús les dijo que uno de ellos era un diablo (Juan 6:70) y advirtió lo que le pasaría a quien lo entregara (Mateo 26:24). Todas estas ocasiones Jesús lo invito a que abriera sus ojos a lo que había en su corazón, que se abandonara a Él y que creyera  pero el corazón de Judas se mantuvo lejos, indiferente y en la obscuridad. Judas engaño a todos sus compañeros pero nunca lo consiguió con su Maestro.  Este hombre escucho sin ser conmovido por la persona ni por el mensaje de Jesús, nunca aplico las lecciones a su vida espiritual y decidió continuar en su maldad.



EL FINAL DEL TRAIDOR

Mateo 27:3–5 RVR60

"Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó."

Por lo que leemos en las Escrituras Judas jamás pensó que Jesús seria condenado a muerte, por lo que se puede pensar que Judas intentaba obligar a Jesús, con el poder que lo había visto demostrar al calmar una tormenta y resucitar a Lázaro, a derrotar a los romanos y dar libertad al pueblo de Israel. Al ver las consecuencias de sus acciones arrepentido fue a buscar a los religiosos y les devolvió el dinero que había recibido.


Las Escrituras al ser traducidas al español en ocasiones usan una misma palabra para referirse a dos palabras distintas en griego como es el caso de la palabra arrepentimiento. La palabra griega traducida como arrepentimiento en este versículo es “metameletheis” que implica sentirse triste a causa de algo hecho y desea que hubiera sido diferente; esta palabra es diferente a “metanoeo” que se traduce también como arrepentimiento y que describe como Jesús empezó su predicación (Mateo 4:17); es importante hacer las grandes diferencias en el significado de estas dos palabras griegas ya que lo que sintió Judas se refiere a un cambio emocional que no conduce a ningún cambio significativo, mientras que la palabra usada por Jesús es un termino noble que afecta las acciones morales del hombre y que lo lleva a la toma de decisiones que afectan la vida de la persona. Por lo que Judas solo sintió tristeza superficial por tener un desenlace diferente al que quería, el Apóstol Pablo nos dice el contraste y el final de estos sentimientos de estos dos tipos de tristezas: “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.” ( 2 Corintios 7:10).

Los religiosos aceptaron el dinero a Judas y le recordaron en forma correcta que él era el único responsable de sus hechos, ante esto el valor del dinero perdió toda su atracción para este hombre por lo que lo tiro al piso y al no poder con el peso de su traición se quitó la vida.

El problema de Judas fue que a pesar de haber entendido que había violado una ley divina no fue capaz de buscar el perdón de Dios y solo busco la ayuda de los religiosos recibiendo un dedo acusador que es lo único que este pude ofrecer. Los religiosos al condenar a Judas lo usaron para minimizar sus actos malos que estaban llevado a cabo en contra de Jesús, de esta manera se deslindaron de su muerte librándose de toda responsabilidad, al final este es una manera de auto engaño. El arrepentimiento de Judas fue superficial a diferencia del que experimento el Rey David cuando al darse cuenta de sus acciones con Betsabe se confeso y pide perdón ante Dios: “Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos… Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve.” (Salmos 51:4,7).


Pobre, mal enfocada, con desconocimiento teológico y demasiado tarde así podemos resumir esta acción final de Judas antes de quitarse la vida.



UNA TRAICIÓN POR 30 MONEDAS

La historia de Judas Iscariote nos debe abrir los ojos y nos debe llevar a una profunda reflexión sobre la relación que tenemos con Cristo. La vida y las acciones de Judas nos dicen que es posible estar cerca de Jesús y asociarse con él en forma cercana (aceptarlo, bautizarse, asistir y participar en una Iglesia, dar tiempo, recursos y dinero) y a pesar de ello terminar cayendo en la tentación mostrando tener un corazón endurecido por el pecado para finalmente terminar separados de Dios por la eternidad. Podemos engañar a muchas personas, incluso a los mas cercanos y hasta a nosotros mismos, pero a Dios no se le puede engañar y él ve lo que hay en nuestras mentes y corazones y que es lo que hay detrás de cada acto que hacemos, como lo afirma la Biblia: “en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.” (Romanos 2:16), no hay nada oculto para Dios. Judas al no tener a Dios en cuenta su mente lo condujo a un acto despreciable, como lo dice Pablo: “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;” (Romanos 1:28). El final de Judas fue sellado por no haber creído en Jesús: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:36).


Sin embargo no debemos de pesar por alto como Judas nunca fue hecho menos incluso se le dio el privilegio de manejar el dinero del grupo, por lo que vemos es que el amor de Cristo siempre le fue demostrado. De la misma manera en forma amorosa Dios continua día con día llamándonos a que recapacitemos, que creamos a lo que Él dice, que lo amemos a Él sobre todas las cosas, que le pidamos perdón, que lo hagamos Rey y Señor de nuestras vidas. La oportunidad y la invitación para reconciliarnos con Dios esta a nuestro alcance pero es la decisión de cada persona responder en forma positiva a esta. Dios no quiere que termine como Judas que solo vio a Jesús como alguien especial pero fue incapaz de reconocerlo como su Señor, por ello es paciente ya que quiere que todos procedamos al arrepentimiento que produce un cambio interno total que solo Dios puede dar (2 Pedro 3:9).


Cuidado con llenarse de religión y tradiciones para que al final termine en el infierno.


Cuidado con endurecer tanto el corazón que termine perdido en la obscuridad de su maldad y pecado.


Para Judas 30 monedas de plata fueron suficientes para traicionar a Jesús, tenga mucho cuidado de no terminar poniendo un precio a Jesús y así darle la espalda para siempre.


Nadie está fuera del alcance del perdón de Dios pero la decisión es de usted, no termine como Judas perdido en su pecado y solo buscando el perdón del hombre o de la religión, mejor busque el perdón que transformara su vida que solo se consigue en Cristo Jesús.




Le invito a comunicarse conmigo con sus preguntas y comentarios a: esclabiblia@gmail.com

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