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LOS CAMBIOS INTERNOS QUE DAN LA FELICIDAD

  • Foto del escritor: JORGE EDUARDO RODRIGUEZ
    JORGE EDUARDO RODRIGUEZ
  • 1 jun
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 8 jun


AUTOR: Dr. Jorge Rodríguez-Sierra


INTRODUCCIÓN

¿Qué es la felicidad? De acuerdo al diccionario general de la lengua española es el estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno, y es este gozo el que busca el hombre y lamentablemente no puede encontrarlo a pesar de que se han escrito muchos libros al respecto.

Considere estas palabras y piense si estas se relacionan con la felicidad: Pobre / Llorar / Humildad / Padecer hambre y sed/ Perseguido / Acusado / Maltratado.

Ninguna de estas palabras se ha asociado con una persona que encontró la felicidad. La sociedad actual nos dice que la verdadera felicidad está en obtener triunfos, manejar carros y vivir en casas lujosas, tener cuentas de banco con grandes cantidades de dinero y realizar viajes a lugares distantes. Miles de personas se han entregado en cuerpo y alma para obtener bienes materiales, ¿pero en estos se encuentra la felicidad? La respuesta a esta pregunta por muchas personas famosas y millonarias es un rotundo no. ¿Entonces quién puede contestar a esta pregunta? La Palabra de Dios (Biblia) siempre ha tenido la respuesta, así que con cuidado exploremos en donde está la felicidad de acuerdo a Jesucristo.

El Sermón del Monte

El discurso de Jesús conocido como el Sermón del Monte esta registrado en los capítulos del 5 al 7 del Evangelio de Mateo, el cual lo inicia al referirles a sus discípulos una serie de bienaventuranzas, estableciendo en nueve cortas afirmaciones como el hombre puede encontrar el camino a la verdadera felicidad seguido del efecto que va a tener en la vida de los que eligen este camino. Leerlo en forma superficial parece no hacer sentido y lamentablemente ha sido mal interpretado y enseñado por mucho tiempo. Al leer con cuidado no es difícil identificar que Jesús está hablando sobre la felicidad desde el punto de vista espiritual, solo así puede ser correctamente interpretado.



BIENAVENTURADOS

Mateo 5:1–3 RVR60

"Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados ..."

Jesús en este sermón nos presenta como una persona puede ser bienaventurada. La palabra bienaventurado describe a una persona afortunada, alguien que experimenta una felicidad extrema, alguien quien recibe una bendición; una bendición es un deseo, expresión o regalo para beneficio de otro. Jesús nos enseña a través de estos enunciados en donde se encuentra la felicidad, esta consiste en tres cambios internos que lleva como consecuencia a cuatro cambios externos en la vida del hombre, además nos dice los efectos temporales que se experimentan en esta vida y los efectos eternos que esta felicidad va a dar.


A. LOS CAMBIOS INTERNOS

El camino hacia la verdadera felicidad empieza con tres cambios internos los cuales involucran que el hombre los entienda y los crea de todo corazón.


1. DECLARARSE POBRE

Mateo 5:3 RVR60

"Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos."

El mundo nos dice que la felicidad está en la riqueza. Jesús dice algo totalmente contrario: ¿Quiere que el reino de los cielos sea suyo? Entonces necesita ser pobre, pero no está hablando de pobreza material sino del estado espiritual del hombre. Usted puede no tener dinero, pero si se esfuerza y trabaja duro puede salir de esa situación, pero la pobreza espiritual no tiene solución, usted no puede hacer nada al respecto ya que las mejores obras que una persona puede llevar a cabo en su propio esfuerzo son descritas por el profeta Isaías así: “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; ...” (Isaías 64:6). Jesús afirma que la felicidad está en declararse en bancarrota espiritual y si usted lo hace entonces está listo para que el reino de los cielos sea suyo.

Declararse en pobreza espiritual implica reconocer que se ha desobedecido a los mandatos de Dios, es decir lo que el Rey David dijo de su condición: “Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; ...” (Salmos 51:3-4) y el Apóstol Pablo al hacer un análisis del él mismo menciona: “Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?" (Romanos 7:21-24). Al aceptar el hombre que es espiritualmente pobre es estar de acuerdo con lo que Dios afirma: “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” (Romanos 3:10-12), y: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,” (Romanos 3:23).

El paso inicial hacia la felicidad radica en aceptar su pobreza espiritual y entender que solo Dios le puede sacar de esa condición al ofrecer el perdón de sus pecados que Jesucristo le consiguió al derramar su sangre y morir en una cruz, como Pablo nos dice: “pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.” (Romanos 5:8 NTV) y el día que lo reciba como Señor de su vida entonces Dios le recompensará con una eternidad increíble. No reconocer esta pobreza le impedirá llegar al reino de Dios al concluir su vida en esta tierra.

Si usted no se declara pobre espiritualmente jamás podrá seguir en el camino que le lleva a la felicidad, este paso es el inicial y es esencial.

2. Llorar

Mateo 5:4 RVR60

"Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación."

El llorar es un acto que está relacionado con tristeza y con derrota, entonces ¿cómo puede el hombre ser feliz al llorar? Aquí Jesús al mencionar la palabra llorar no está hablando de un sentimiento superficial, esta expresión significa algo más, es estar de duelo, se habla de un sentimiento profundo como consecuencia directa de aceptar la condición de pobreza espiritual que tenemos. ¿Cómo no llorar al reconocernos insuficientes ante Dios? La felicidad está en que, al llorar por su estado espiritual, el hombre será animado al recibir el perdón de Dios. Si usted no experimenta esta tristeza profunda nunca podrá recibir el consuelo que se encuentra en el perdón de Dios.

Muchas personas dicen haberse arrepentido pero, lo que hacen en realidad es solo pedir disculpas a Dios y esto es insuficiente, ya que es algo emocional y superficial, el llanto del que habla Jesús es uno que sale de lo profundo del alma al pedir perdón a Dios porque se hace responsable de cada uno de los pecados que cometió, solo así es posible encontrar el perdón de Dios. Aceptar la responsabilidad, admitir derrota total espiritual y demostrar un dolor inmenso por haber ofendido a Dios, es ver el pecado como Dios lo ve: “Pues la clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja del pecado y trae como resultado salvación. No hay que lamentarse por esa clase de tristeza; pero la tristeza del mundo, al cual le falta arrepentimiento, resulta en muerte espiritual.” (2 Corintios 7:10).

3. Manso / Humilde

Mateo 5:5 RVR60

"Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad."

Cristo nos dice que la felicidad se encuentra en la mansedumbre, término que se refiere a una persona amable, humilde. La mansedumbre consiste en dejar a un lado los conceptos erróneos y aceptar como verdad absoluta lo que Dios dice sin poner resistencia o tratar de debatir con El. Al aceptar la derrota espiritual el hombre entiende la necesidad de que Cristo tome el control de su vida, que sea el Señor y el solamente se convierta en su seguidor y siervo a quien va a dejar que lo dirija. Esto también implica que el hombre va a dejar de creer que la eternidad se obtiene en sus propias fuerzas y logros, por intentar ser buena persona, por pertenecer a una religión o por cumplir con una serie de ritos religiosos, sino que la vida eterna es algo que Dios en su infinita misericordia regala a todo hombre que se arrepintió de sus pecados y cree en Jesús como su Señor y Salvador.

Para encontrar la felicidad se requiere humillarse ante Dios, hacer a un lado el ego y entender que ningún hombre se puede salvar por sus propias obras o méritos, por lo tanto, la única opción es abandonarse totalmente a Dios, así lo afirma la Biblia cuando dice: “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.” (Efesios 2:8-9. NTV). Obtener esta felicidad de acuerdo con Jesús tiene como consecuencia una herencia eterna, la cual Dios dará en un futuro cercano: “y tenemos una herencia que no tiene precio, una herencia que está reservada en el cielo para ustedes, pura y sin mancha, que no puede cambiar ni deteriorarse.” (1 Pedro 1:4).


LA NECESIDAD DE ENTENDER LOS CAMBIOS INTERNOS

Es muy difícil al hombre entender la condición que tiene y su mente que se revela contra Dios le hace creer falsamente que es una buena persona pero al revisarse ante el espejo dela Palabra de Dios encuentra que está perdido por lo que es pobre en espíritu, está en bancarrota ya que continuamente ha violado la ley de Dios que lo condena y quien lo entiende entonces es quien va a llorar con un dolor profundo por ver su condición y eso le llevara a una actitud de humildad que cree lo que Dios dice de él.

Si el hombre no cree esto que Dios establece claramente en Su Palabra y le dicta su conciencia le será imposible reconciliarse con Dios ya que este es el primer paso que le llavera a cambios externos que se verán en los efectos temporales y eternos que demuestran que es un hijo de Dios y tiene vida eterna.

Solo un corazón duro e incrédulo se resiste ante esta verdad que revela que el hombre está separado de Dios. Es mi oración cuyo corazón sea humilde y pida perdón a Dios por su pecado y venga en una fe verdadera y pueda reconciliarse con El.


Hoy es el día en que puedes reconciliarte con Dios, solo necesitas doblar tu rodilla y en una actitud humilde arrepentirte ante Dios haciéndote responsable de tus pecados e invitando a que Cristo sea el Señor de tu vida. No requieres de religión ni religiosas, allí mismo en tu casa dile a Dios en oración y Él te va a perdonar y ahora ya eres parte de la familia de Dios. Si hiciste esta oración favor de contactarme a través de mi correo electrónico, me gustaría poder apoyarte en oración y enviarte un folleto en PDF para animarte en tus primeros pasos como hijo de Dios.


Comunícate conmigo con tus preguntas y comentarios a: esclabiblia@gamial.com




 
 
 

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