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EL AUTOR DE LA SALVACION

  • Foto del escritor: JORGE EDUARDO RODRIGUEZ
    JORGE EDUARDO RODRIGUEZ
  • 18 jun
  • 16 Min. de lectura


AUTOR: Dr. Jorge Rodríguez Sierra


 

INTRODUCCIÓN: EL SACERDOCIO

Los sacerdotes eran los líderes religiosos de Israel. Servían de intermediarios entre el pueblo y Dios, y como consejeros y líderes de la nación. El rol sacerdotal se asociaba con el tabernáculo y el templo. Resaltaba el sacrificio, el mantenimiento de los lugares y la educación. Todos los sacerdotes se definen principalmente por su papel intercesor. Los sacerdotes actuaban como representantes de la divinidad ante el pueblo, y representantes del pueblo ante la divinidad. Los sacerdotes de Jehová realizaban sacrificios, mantenían los lugares y los utensilios sagrados, y proveían consejo e instrucción. El sacerdocio corresponde a un grupo unificado que desciende de la línea de Aarón de la tribu de Leví. ***

En general los sacerdotes formaban una parte integral dentro de la sociedad y de la jerarquía dentro del pueblo de Israel. Y dentro de este grupo había alguien quien estaba en preeminencia que era nombrado como el sumo sacerdote, este era el sacerdote principal y preside sobre los demás sacerdotes, él era el jefe o la cabeza y se responsabilizaba de que se cumpliera el pacto y que se realizarán los deberes del Templo y la ley de Moisés, así como la gran responsabilidad de dirigir los corazones del pueblo hacia Dios y el cumplimiento del pacto.

Es en este pasaje de la carta a los Hebreos que su autor nos habla del sacerdocio y hace una distinción muy marcada entre el sacerdocio humano y el sacerdocio perfecto de Jesucristo que nos explica la razón por la cual vino a nacer y morir en este mundo.

***Swann, J. (2014). Sacerdote. En J. D. Barry & L. Wentz (Eds.), Diccionario Bíblico Lexham. Lexham Press.


1. SACERDOCIO HUMANO

El sacerdocio humano en este pasaje podemos distinguir dos características determinadas por Dios.


A) CONSTITUIDO POR DIOS

Hebreos 5:1–3 RVR60

“Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados; para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad; y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.”

Este pasaje nos informa perfectamente sobre la posición del sumo sacerdote donde podemos apreciar cuatro cosas específicas.

1. Elección. “Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres” El sumo sacerdote es tomado de entre los hombres. Esto nos habla de que es elegido dentro de un número de alternativas dentro de los mismos sacerdotes. 

2. Constituido a favor. “es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere” La responsabilidad y el deber del sumo sacerdote es para el bien de los hombres frente a Dios en todo lo que se refiere a Él. Esto nos habla de un mediador, un intermediario que es necesario para que el hombre pueda tener alguien que presente su caso en forma favorable ante Dios.

3. Presentar ofrendas y sacrificios. “para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados” La forma de poder presentar el caso en una forma favorable el caso del hombre ante Dios era llevar para ofrecer un regalo y un sacrificio de un animal como pago de las faltas y acciones contrarias que se habían cometido ante Dios ya qué sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados. (Hebreos 9:22).

4. Identificarse. “para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad;” El sumo sacerdote necesitaba ejercer moderación de sus propias emociones, especialmente el enojo con las acciones de los hombres que había fallado a Dios los cuales son reconocidos como personas que habían fallado en entender la voluntad de Dios y habían perdido el camino al ser engañados y caer en el error. Es muy fácil quién está en posición de autoridad al escuchar lo que las demás personas hacen en forma incorrecta los lleve a pensar que ellos son perfectos, pero Dios demanda de estos líderes que no olviden que ellos son iguales a los demás y que están expuestos a los mismos engaños y a caer en tentación y llevar a cabo acciones malas, es por ello que deben controlar sus emociones y no juzgar a los demás como inferiores o imperfectos ya que él también los es al tener las mismas debilidades.  

5. La razón de las ofrendas y sacrificios. “y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.” Debido a esta incapacidad de todo hombre de ser perfecto y ser imposible no ofender a Dios, el sacerdote debía presentar estas ofrendas y sacrificios no solo por el pueblo de quien es responsable sino también por él mismo.

Así que los sacerdotes, incluso el que estaba en eminencia, nunca fueron personas superiores o mejores que los demás, al contrario, eran iguales a cualquier pecador y a pesar de haber sido elegidos entre los hombres para este puesto de responsabilidad ellos no eran mejor que nadie y este concepto no ha cambiado no importa lo que digan las religiones.

Un sacerdote del Antiguo Testamento podía identificarse con los pecadores porque él mismo era pecador. En efecto, en el Día de la Expiación, el sumo sacerdote tenía que ofrecer un sacrificio por sí mismo antes de poder ofrecer un sacrificio por la nación (Levítico 16; Hebreos 9:7).**

**Wiersbe, W. W. (2003). Confiados en Cristo: Estudio Expositivo de la Epístola a los Hebreos (p. 50). Editorial Bautista Independiente.


B) LLAMADO POR DIOS

Hebreos 5:4 RVR60

“Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.”

No solo es elegido entre los hombres el sumo sacerdote, sino que esta posición de privilegio que le da respeto y reconocimiento no es algo que obtuvo por méritos personales, sino que fue nombrado y convocado para llevar a cabo esta tarea por Dios, de la misma manera como fue designado Aaron. Nada es por méritos propios, es un privilegio que Dios daba.

Así que el sumo sacerdote no era nadie especial, solo era alguien tan imperfecto como los demás a quien Dios daba el privilegio de ponerlo en una posición de responsabilidad para servirle y ser quien fuera el intermediario para presentar las ofrendas por las infracciones y acciones malas que había cometido el pueblo.

Cevallos en el Comentario Bíblico Mundo Hispano resume de la siguiente manera los requisitos para ser verdadero sumo sacerdote de Dios citados en Hebreos 5:1–4

1. Completa identificación con los hombres (simpatía hacia los hombres) (vv. 1–3).

  1. Es escogido de entre los hombres para representarlos en sus relaciones con Dios, tiene la misma naturaleza que los representados.

  2. Ofrece sacrificio por sus propios pecados y por los del pueblo. No rechaza a los pecadores, sino que tiene compasión de ellos porque él mismo entiende su debilidad.

  2. Nombramiento divino (v. 4).

  1. Según la ley nadie puede arrogarse la dignidad de servir como sacerdote. Dios escogió a Aarón como el primer sumo sacerdote.

  2. El llamamiento por Dios era un requisito indispensable para ser sumo sacerdote.#

#Cevallos, J. C. (2006). Comentario Bíblico Mundo Hispano tomo 23: Hebreos, Santiago, 1 Y 2 Pedro, Judas (p. 71). Editorial Mundo Hispano.


2.EL SACERDOCIO DE CRISTO

Ahora el autor de esta carta nos da un contraste total entre el sumo sacerdote humano y Cristo como el sumo sacerdote donde podemos identificar 4 características muy especiales.


A) GLORIFICADO POR DIOS

Hebreos 5:5–6 RVR60

“Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.”

Esto nos debe hacer detenernos para meditarlo con mucha cautela porque es información muy profunda. Cristo siendo Dios mismo él no busco exaltarse ni darse honor al buscar declarase por sí mismo como sumo sacerdote, sino que fue Su Padre, que le reconoció como Hijo, él que le dio esta posición de privilegio. Esto nos habla de la humildad de Cristo y nos debe de dar una gran lección sobre nunca enorgullecernos de las tareas que Dios nos da a cumplir ya que jamás serán por nuestros méritos, al contrario, es a pesar de nuestra debilidad, imperfección e insuficiencia que Dios decide usarlos para servirle. La carta a los Filipenses nos habla de esta humildad de Cristo: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:3-8) 

Es Dios el Padre quien le designó como sacerdote para la eternidad, sin olvidar que el sumo sacerdote su función era actuar en beneficio del hombre pecador al ser elegido para presentar el sacrificio por los pecados. 

Wiersbe nos dice: “Ningún sacerdote del Antiguo Testamento ministró para siempre, puesto que todo sacerdote murió y cedió su oficio a su sucesor. La frase “para siempre” sobresale en la epístola. A lo menos seis veces el escritor afirma que el sumo sacerdocio de Cristo es para siempre (5:6; 6:20; 7:17, 21, 24, 28). Y puesto que es sacerdote para siempre, le da a su pueblo salvación para siempre (7:23–28).**

**Wiersbe, W. W. (2003). Confiados en Cristo: Estudio Expositivo de la Epístola a los Hebreos (p. 49). Editorial Bautista Independiente.


B) ESCUCHADO POR DIOS

Hebreos 5:7 RVR60

“Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.”

Cristo en su humanidad mostró un profundo respeto y reverencia por Su padre a quien obedeció y se sujetó a la Ley cumpliéndola totalmente, es por ello que Dios le escuchó en respuesta a sus acciones perfectas. Cristo ofreció al Padre solicitudes urgentes y de ayuda en forma humilde sin exigir nada, estas peticiones las presentó en medio de lamentos y lágrimas sabiendo que solamente en el Padre está el poder de dar vida o muerte eterna.

Esto nos habla de que Cristo fue humano totalmente, que nos comprende, que entiende lo que es una tentación, lo que es el sufrimiento, lo que es el dolor, pero a la vez nos enseñó lo que es la humildad en realidad y que a pesar de ser Dios mismo jamás exigió de su Padre nada y nos muestra que solamente en humildad entendiendo la condición de debilidad que tenemos es que Dios escucha lo que le decimos en oración.

Dios nos entiende a la perfección y Cristo nos muestra el camino que nos lleva a ser escuchados por Dios.


C) PERFECCIONADO POR DIOS

Hebreos 5:8 RVR60

“Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;”

A pesar de ser Dios mismo, no se aferró a ser Dios y en su condición de hombre experimentó daño y dolor emocional, debido a ello llegó a conocer el estado de conformidad sumisa a la Ley, en otras palabras, se sometió a seguir las órdenes y mandatos de la Ley. Cristo siendo Dios en su humanidad requirió al igual que nosotros experimentar y vivir una serie de eventos en la vida que le llevó a tener la experiencia que resultó en tomar la decisión de someterse a las órdenes establecidas por él mismo, esto es algo muy profundo y difícil de entender pero lo que nos dice es que Dios no se permitió las condiciones le favorecieron siendo Dios sino que se mostró totalmente humano como nosotros sin dejar de ser Dios y se sometió a lo mismo que nosotros enfrentamos, esto es más que sorprendente y nos habla que Dios es compasivo con nosotros y esto nos garantiza que nos entiende a la perfección y que no nos pide nada que él mismo no haya vivido y cumplido.


Hebreos 5:9 RVR60

“y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;”

Quizás este versículo nos parezca controversial, pero si venimos estudiando con cuidado lo que Dios nos está diciendo este enunciado no nos dice que Cristo no fuera perfecto, sino que al someterse en obediencia al Padre mostró que es perfecto. Una cosa es afirmar ser perfecto y otra totalmente diferente demostrarlo con los hechos, es mostrar a los hombres que cumplió la Ley en su totalidad en todo momento, por lo que podemos decir y afirmar sin lugar a equivocarnos que Jesús es perfecto y jamás pecó. Y es en esa perfección que el motivo por el que vino se pudo cumplir, ya que para que de acuerdo a la Ley se pueda dar perdón de los pecados es necesario el derramamiento de sangre al ser sacrificado un animal perfecto sin defecto alguno y es Cristo que reemplaza a este sacrificio incompleto que se tenía que repetir continuamente y es él en su perfección y deidad que se presentó como el sacrificio completo y suficiente que no se tiene más que repetir para expiar los pecados del hombre, es por ello que vino a este mundo por ser el medio perfecto que da la salvación eterna, lo que indica que en Jesús tenemos el refugio seguro en el cielo que no caduca ni termina. Esta misma carta nos dice: “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” (Hebreos 9:15-28).

Es en la perfección de Cristo que es el sacrificio completo en quien se tiene la salvación eterna, Cristo es el único camino que lleva al Padre (Juan 14:6)


D) DECLARADO POR DIOS

Hebreos 5:6 RVR60

“Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.”

Hebreos 5:10 RVR60

“y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.”

Jesús siendo Dios no se declaró a sí mismo sumo sacerdote sino que dejó que sus acciones de obediencia al Padre mostraran su perfección y en ello es que Dios le reconociera con este título, ser el último y eterno sacerdote principal, aquel que se presenta como intermediario entre Dios y los hombres para presentar los sacrificios y ofrendas para que los pecados sean perdonados, pero en forma extraordinaria es que Jesús mismo siendo el sacerdote principal es también el sacrificio perfecto ante Dios, por ello no hay más necesidad de más sacrificios. Es Jesús quien se sacrificó él que puede ejercer este puesto de autoridad suprema entre Dios y los hombres, dejando en claro que no hay más necesidad de otros sacerdotes humanos, el precio fue pagado, no más derramamiento de sangre.

Todos los sacerdotes venían de la orden y la tribu de Levi, pero estos eran imperfectos y tenían que presentar sacrificios por ellos mismos, pero Jesús no es declarado siguiendo esta orden sacerdotal sino viene de la orden de Melquisedec que significa rey de Justicia y era rey de Salem que significa paz. ¿Quién era este rey-sacerdote? La primera y única vez que se describe en las Escrituras es en el Antiguo Testamento cuando salió al encuentro de Abraham que venía de derrotar a los reyes que tomaron preso a Lot y le bendijo, es entonces que Abraham le ofrece como ofrenda los diezmos de todo lo obtenido de esta victoria (Génesis 14:17-20). Es el autor de esta carta que nos dice quién es este sacerdote: “Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.” (Hebreos 7:1-3) John MacArthur en su comentario a este pasaje nos dice: “Melquisedec también es un tipo de Cristo. Los tipos son, en el mejor de los casos, ilustraciones frágiles. Son analogías, y, como toda analogía, se corresponden con la persona u objeto comparado solo en ciertos aspectos, quizás solo de una forma. La serpiente de bronce tipifica a Cristo en el sentido de haber estado levantada para que todos pudieran verla y, al hacerlo, recibirán liberación. El cordero del sacrificio tipifica a Cristo en el sentido de inmensa mansedumbre (inocencia) y en el de que su sacrificio fue por los pecados de otro. De igual forma, aunque Melquisedec no es en ningún sentido igual a Cristo, su sacerdocio único, e incluso su nombre, tipifican a Jesucristo y su obra en varios sentidos importantes.”^

^MacArthur, J. (2014). Hebreos y Santiago (Vol. 1, p. 191-192). Editorial Portavoz.

Dejemos que Dios mismo nos explique a la perfección sobre Melquisedec y el sacerdocio: “Entonces, si el sacerdocio de Leví —sobre el cual se basó la ley— hubiera podido lograr la perfección que Dios propuso, ¿por qué fue necesario que Dios estableciera un sacerdocio diferente, con un sacerdote según el orden de Melquisedec en lugar del orden de Leví y Aarón? Y si se cambia el sacerdocio, también es necesario cambiar la ley para permitirlo. Pues el sacerdote a quien nos referimos pertenece a una tribu diferente, cuyos miembros jamás han servido en el altar como sacerdotes. Lo que quiero decir es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, y Moisés nunca habló de que los sacerdotes provinieran de esa tribu. Ese cambio resulta aún más evidente, ya que ha surgido un sacerdote diferente, quien es como Melquisedec. Jesús llegó a ser sacerdote, no por cumplir con la ley del requisito físico de pertenecer a la tribu de Leví, sino por el poder de una vida que no puede ser destruida. Y el salmista lo señaló cuando profetizó: «Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec». Así que el antiguo requisito del sacerdocio quedó anulado por ser débil e inútil. Pues la ley nunca perfeccionó nada, pero ahora confiamos en una mejor esperanza por la cual nos acercamos a Dios. Este nuevo sistema se estableció mediante un juramento solemne. Los descendientes de Aarón llegaron a ser sacerdotes sin un juramento, pero había un juramento con relación a Jesús. Pues Dios le dijo: «El SEÑOR ha jurado y no romperá su juramento: “Tú eres sacerdote para siempre”». Debido a ese juramento, Jesús es quien garantiza este mejor pacto con Dios. Hubo muchos sacerdotes bajo el sistema antiguo, porque la muerte les impedía continuar con sus funciones; pero dado que Jesús vive para siempre, su sacerdocio dura para siempre. Por eso puede salvar —una vez y para siempre— a los que vienen a Dios por medio de él, quien vive para siempre, a fin de interceder con Dios a favor de ellos. Él es la clase de Sumo Sacerdote que necesitamos, porque es santo y no tiene culpa ni mancha de pecado. Él ha sido apartado de los pecadores y se le ha dado el lugar de más alto honor en el cielo. A diferencia de los demás sumos sacerdotes, no tiene necesidad de ofrecer sacrificios cada día. Ellos los ofrecían primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Sin embargo, Jesús lo hizo una vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo como sacrificio por los pecados del pueblo. La ley nombra a sumos sacerdotes que están limitados por debilidades humanas; pero después de que la ley fue entregada, Dios nombró a su Hijo mediante un juramento y su Hijo ha sido hecho el perfecto Sumo Sacerdote para siempre.”(Hebreos 7:11-28 NTV).

Cristo no es sacerdote de acuerdo a ninguna orden de hombres, viene directamente de Dios; no hay nadie más en esta orden más que Cristo mismo ya que nadie más reúne las cualidades ni la perfección que se encuentra en Cristo.


EL SUMO SACERDOTE PERFECTO QUE SALVA

Este es un increíble y profundo pasaje que nos hace entender la imperfección del hombre, de cómo es imposible cumplir la Ley y como está solo muestra la debilidad del hombre y su imperfección ante Dios. La Ley Dios no la dio para que por ella fuéramos salvos sino para que nos diéramos cuenta de la necesidad que tenemos de un Salvador perfecto que nos acercara con Dios y restaura nuestra relación con él. Los sacerdotes del Antiguo Testamento descendientes de la orden de Levi solo eran una sombra, una muestra de la función que un día se cumpliría en su perfección en la persona de Jesucristo.

Ya no hay necesidad de sacerdotes, ya no más intercesores, por ello los cristianos tenemos ancianos, obispos o pastores los cuales son sinónimos que son usados en el Nuevo Testamento que se encargan de instruir y llevar el Evangelio. Es importante resaltar que a ninguno de los Apóstoles o a Pablo demandaron que se les reconociera como sacerdotes porque ellos sabían mejor, Cristo es el sacerdote perfecto y ya no hay necesidad más de este ejercicio religioso.

Lo que no debemos de olvidar y por lo tanto imitar es la humildad de Cristo que pudo haber reclamado todo pero nos mostró con su ejemplo el camino de la sumisión y obediencia a Dios el Padre. Al ser totalmente humano se sometió a todo lo que nosotros sufrimos y padecemos así que nos entiende a la perfección, nada de lo que usted viva es algo que Cristo en su divinidad no pueda compadecerse y entendernos: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (Hebreos 4:14-16), así que podemos con toda confianza en oración platicar y exponer ante él nuestras dificultades y problemas.

Cristo, en su perfección y por ser Dios eterno, su sacrificio cumplió su función al extender el perdón a todo hombre antes de su sacrificio y se extiende hasta el fin de este mundo. Usted no necesita hacer obras buenas, no requiere hacer sacrificios, no requiere de sacerdotes humanos, todo quedó completo en Cristo, ahora solo se le demanda creer como Señor y Salvador. Cristo vino a ser el autor de la salvación que da vida eterna y eso es lo que celebramos pero ante todo creemos los cristianos.

Dios lo hizo todo, ahora solo le queda creer esta verdad o rechazarla, es una decisión que le marcará su eternidad, mi oración es que elija lo mejor.


Le invito a contactarme con sus comentarios y preguntas a: esclabiblia@gmail.com

Si usted hizo una decisión por Cristo le podemos enviar un folleto por correcto electrónico para aconsejarle y ayudarle en sus primeros pasos como cristiano.








 
 
 

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