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Dr. Jorge E. Rodriguez Sierra

Yo he decidido no declarar

Actualizado: 3 oct 2021


Yo he decidido no declarar

Autor: Dr. Jorge E. Rodriguez Sierra.

Introducción

Cada día aparecen nuevos líderes con enseñanzas totalmente nuevas y que en forma muy rápida son adoptadas sin que nadie preste atención de donde surgieron o si estas están de acuerdo con lo que Dios dice en Su Palabra. Una de estas enseñanzas es que el cristiano puede declarar, esta enseñanza y actitud nueva entre los que asisten a religiones dice y promueve que si alguien menciona algo y lo cree entonces se va a llevar a cabo. El enfoque central de este movimiento es conseguir la salud física. No hay nadie en esta vida que un día no vaya a enfermar y algunas de estas enfermedades serán difíciles de enfrentar emocional, física y económicamente, por lo que no hay nada mejor que estar sano y de ahí que es normal que cuando enfermamos vayamos a Dios para pedir recuperar la salud. ¿Pero cómo se debe pedir a Dios por la salud? ¿Que nos dice la Biblia y que podemos aprender de la gente enferma que fue sanada por Jesús?

Con un propósito muy específico

El Evangelio de Mateo nos presenta tres milagros en está sección, uno tras otro dando la impresión que estos ocurrieron en este orden pero al hacer un estudio cuidadoso encontramos que estos eventos se llevaron a cabo en días y lugares distintos ya que la sanidad de la suegra de Pedro y la del siervo del Centurión ocurrieron en Capernaum mientras que fue en Galilea donde el leproso fue limpiado. Otro dato interesante es que Mateo tampoco los presenta en el orden que ocurrieron ya que primero se llevó a cabo la curación de la suegra de Pedro seguido por el leproso y el último es el caso del siervo del centurión. El enfoque que Mateo da al presentar estos milagros es marcar a sus lectores el poder divino que Jesús tenía sobre la enfermedad dando evidencias irrefutables que Jesús era el Mesías prometido en el Antiguo Testamento, además nos permite ver como cada caso fue resuelto por Jesús a pesar de que las circunstancias de cada uno de estos eventos fueron totalmente diferentes y el propósito por lo cual estos tres milagros se llevaron a cabo. Mateo de haberlos puesto en orden cronológico perderíamos la oportunidad de aprender cómo la salud del hombre es restaurada por Dios.

El leproso (Mateo 8:1-4)

La lepra descrita en la Biblia era en referencia a una serie de enfermedades de la piel que por ser contagiosas les impedía a estos enfermos vivir en las ciudades por lo que eran marcados por la sociedad como inaceptables, eran considerados impuros y nadie los podía tocar (Levíticos 13). En esa época no había tratamiento ni curación, estaban destinados a vivir en una comunidad con otros enfermos alejados de toda su familia.

Aquí vemos a este hombre enfermo que llega a Jesús, su urgencia era tal que no le importó romper el protocolo al acercarse a Jesús ya que desde Moisés se les impedía tener contacto con personas sanas, este hombre lo que más deseaba era recuperar su salud.

Lo que resalta de este hombre leproso es su actitud ante Jesús y las tres frases que le dijo: Este leproso fue a Jesús y al doblar su rodilla reconoció que estaba frente alguien superior a él, lo que manifiesta un acto de reverencia. Luego se refirió a Jesús como Señor, implicando respeto y reconociendo su autoridad. Después le dijo: “si quieres”, esto implica que este hombre se abandonó a la decisión de Jesús, no le exigió, no le ordenó, no lo reto a que demostrara su poder. Finalmente le dijo “puedes limpiarme”, esta frase revela que el leproso tenía la certeza total de que Jesús tenía el poder para sanarlo.

Suena simplemente increíble que este hombre tuviera la convicción total de que Jesús lo podía curar y aun así no le rogó que lo sanara sino que en un acto de sumisión total se abandona a la elección de Jesús si era su voluntad devolverle la salud.

Ahora veamos la acción y las dos frases que Jesús pronunció.

Este hombre experimentó lo que jamás hubiera esperado de otra persona, Jesús extendió su mano y lo tocó. Creo que no hay palabras que puedan expresar lo que este hombre sintió cuando la mano de Jesús reposo sobre su persona, el pasaje no nos dice cuánto tiempo llevaba enfermo pero por su desesperación que percibimos al leer las palabras de Mateo podemos inferir que era bastante tiempo y ante esta situación sin esperanza el sentir la mano de Jesús le habrá quitado la carga emocional de haber estado en aislamiento todo el tiempo de su enfermedad. Luego Jesús le dijo: “quiero”, la palabra aquí usada por Mateo es Theleo que quiere decir el deseo y la voluntad de hacer algo, lo que nos habla de su suprema autoridad. Finalmente le dijo “se limpio”, está frase significa purificar, devolver la salud. Y este hombre enfermo sin esperanza, que había perdido todo hasta vivir con su familia, en ese mismo instante quedó sano totalmente.

El siervo del centurión (Mateo 8:5-13)

En la sucesión cronológica este es el último milagro que ocurre después de que Jesús ha dado el Sermón del Monte y al entrar a Capernaum es abordado por unos hombres que envió un centurión romano. Un centurión era un oficial militar que tenía bajo su mando cien soldados, en el Evangelio de Lucas se nos dice (Lucas 7:1-6) que este hombre amaba al pueblo judío y a su religión. Este militar romano tenía a uno de sus siervos que estaba enfermo y estaba a punto de morir por lo que envió a buscar a Jesús para pedir que fuera a su casa y sanara a este siervo judío.

Este militar lo primero que hace es ir a buscar a Jesús a través de unos judíos que le representan e inmediatamente Jesús es reconocido como Señor, este hombre militar sabía que su nación dominaba al pueblo judío y que él era quien tenía un rango que le daba autoridad pero aun así reconoció en Jesús a alguien con autoridad sobre él. El centurión entendía que no era digno de buscar personalmente a Jesús y mucho menos que entrara a su casa. El mensaje que traían para Jesús era: “di la palabra”,esto manifiesta que reconocía que Jesús tenía la autoridad total de poder curar a su siervo con solo pronunciarlo con su boca al igual como él daba una orden y está se tenía que cumplir.

Jesús se maravillo de ver la fe de este hombre y el siervo recuperó su salud de acuerdo como el militar había creído. Resalta que no fue lo que dijo el militar lo que curó al enfermo sino las palabras que dijo Jesús.

La suegra de Pedro (Mateo 8:14-15)

Esta es el último milagro de sanidad que presenta Mateo pero es el primero que se llevó a cabo, este evento ocurrió en la ciudad de Capernaum inmediatamente después de Jesús llamó a Pedro a seguirlo. Este milagro ocurre bajo circunstancias totalmente diferentes a los otros dos milagros ya que es Jesús el que llega al lugar donde está el enfermo. Este milagro resalta en forma muy particular en que nadie le pide la salud de está mujer, nadie demuestra fe en Jesús como el leproso o el militar romano, simplemente Jesús es quien la ve enferma y en ese instante decide devolverle la salud. Este milagro muestra la gran misericordia De Dios.

¿Cómo llega la salud?(Mateo 8:3, 13, 15)

Como médico de profesión puedo decir que estoy de acuerdo con lo que la Biblia categóricamente nos revela, que Dios es quien da la salud, los médicos solo somos instrumentos de Dios. Jesús fue quien extendió su mano para tocar al leproso, fue quien oyó la petición del militar y finalmente fue quien vio a la suegra de Pedro. En cada uno de estos milagros Jesús fue el que devolvió la salud , fue la decisión exclusiva de él que estos tres enfermos sanarán en ese mismo momento.

El leproso y el militar demostraron una fe total en Jesús, no dudaron en absoluto que Él podía sanar. El leproso se abandonó a lo que Jesús decidiera. El centurión entendía la autoridad y el poder de Jesús por lo que se humilló y lo reconoció como Señor. Finalmente la suegra de Pedro solamente tuvo que estar enferma para ser sanada, no hubo acto alguno de reconocimiento, petición o fe de parte de ella o de alguien más. Simplemente Jesús la vio y la sanó.

¿Está enfermo o tiene a un familiar enfermo? Le invito a imitar lo que hizo el leproso y el militar, presente sus peticiones a Dios, tenga la seguridad de que Él es capaz de sanar, pero deje que sea Él quien tome la decisión y si Dios decide devolver la salud está bien y si decide no hacerlo también estará bien. ¿Pero qué hacer si Dios decide no sanar? La Biblia nos dice que Dios va a dar la fuerza y la entereza para soportar la enfermedad así como le dijo a Pablo que al estar enfermo le pidió tres veces recuperar su salud a lo cual Dios hasta su tercera petición le contestó: Bástate mi gracia (2 de Corintios 12:7-9). La gracia de Dios será más que suficiente para sostener en la enfermedad y se experimentará el poder de Dios en medio de la debilidad.

La razón de estos milagros

Nada ocurre en los designios de Dios al azar, todo tiene un propósito específico. El leproso sano para que fuera testimonio de los sacerdotes y que estos pudieran reconocer que Jesús era el Mesías prometido (Mateo 8:4). El siervo del centurión sano para que el pueblo judío viera que la salvación es para quien cree, porque Dios no hace distinción de personas ya que la vida eterna es para judíos y no judíos (Mateo 8:10-12). La suegra de Pedro sano para que sirviera a Jesús (Mateo 8:15). Ninguna de estas personas que recuperaron su salud fue para que no sufrieran o para que disfrutaran de la vida sin problemas, es obvio que estos beneficios los disfrutaron cuando su salud fue restaurada pero Dios nos hace ver claramente que estos milagros fueron para hacer evidente que Jesús es Dios, que la salvación es para todo hombre que deposita su fe en Jesús y para servir a Dios. Así que cada milagro fue para la honra y gloria de Dios y no para que el hombre no sufra.

Por qué usted no debe declarar

Mi pregunta es ¿quién dijo que el hombre podía declarar su sanidad? ¿Acaso el hombre tiene la autoridad para hacer esto? ¿Se puede obligar a Dios? Decir con autoridad “voy a sanar”, lo que se está haciendo es retar a Dios a que demuestre su poder, en otras palabras es obligarlo y si el enfermo no sana entonces quién queda mal es Dios. Cuando Jesús fue tentado por Satanás a demostrar que él era Dios (Mateo 4:5-7) la respuesta de Jesús fue decirle no tentaras al Señor tu Dios (Deuteronomio 6:16). Declarar es tentar a Dios.

Es lamentable que cristianos tomen estas enseñanzas de declarar como una verdad y las pongan en práctica sin pensarlas, ni examinarlas bajo la luz de la Biblia. Quien practica esto simplemente se equivoca porque no ha leído la Biblia ya que en ninguna parte enseña que el hombre puede declarar su salud o cualquier otra cosa. Es muy lógico querer estar sanos para no batallar y no sufrir, pero es otra cosa exigir a Dios que se doblegue a la voluntad del hombre solo porque no desea estar enfermo, eso es totalmente erróneo, hacerlo es ofender la soberanía de Dios y el hombre está en pecado. Es urgente que los cristianos vuelvan a las Sagradas Escrituras y que estas sean las que los guíen.

Dios puede sanar, incluso antes de pedirlo, Él tiene el poder para llevarlo a cabo inmediatamente. No olvide que Dios en su infinita misericordia (dar a alguien lo que no merece) continúa extendiendo su mano, oyendo peticiones y viene a nosotros en medio de las enfermedades.

Yo no voy a declarar la salud en la enfermedad, porque yo he decidido poner mi fe absoluta en Dios, llevar mis peticiones en oración en el nombre de Jesús y abandonarme a su voluntad perfecta porque sea que sane o continúe enfermo esto terminará siendo para mi bien ya que me llevara a depender más de Dios y podré aprender que su gracia es todo lo que siempre he necesitado y está será más que suficiente para sostenerme cualquiera que sea mi situación.

Lo invito a no dejarse engañar por falsos maestros que solo usan mal las Escrituras para alejarlo de Dios, la única forma de estar protegido es tomarse el tiempo de leer su Biblia y dejar que Dios le hable y le enseñe. La verdad está en la Biblia no en lo que dice un Pastor, un sacerdote o un religioso. Si entendió este mensaje, y al terminar de leerlo usted estaba declarando le invito a que pida perdón por su pecado por estar exigiendo y tentando a Dios, hacer esto es resultado de haber dejado de obedecer las Escrituras. Ahora tome su Biblia y cada día llene su mente y su corazón con la verdad que está contiene para que no vuelva a caer en el engaño de doctrinas erróneas que solo lo alejaran de Dios.

Lo invito a comunicarse con sus preguntas y comentarios a: esclabiblia@gmail.com


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