Dr. Jorge E. Rodriguez Sierra

20 de sep de 201710 min.

Anatomía del Arrepentimiento Genuino

Anatomía del Arrepentimiento Genuino

Salmos 51

Autor: Dr. Jorge E. Rodriguez Sierra

Introducción

Arrepentimiento implica cambio de mente, es el remordimiento que va unido con la convicción de que lo que se hizo fue algo malo. En el sentido bíblico es un cambio profundo en el hombre que lleva a dar la espalda al yo y volverse a Dios reconociéndolo como el factor mas importante de su existencia. El rey David al escribir el Salmo 51 nos permite ver las implicaciones que tiene el verdadero arrepentimiento.
 

 
Para entender mejor el contexto de este Salmo necesitamos conocer el evento que le dio origen.

El rey David todo lo tenía pero eso no fue suficiente y al
 

 
ver a Betsabé la mujer de Urías desde el balcón de su
 

 
palacio la deseo para después acostarse con ella
 

 
mientras que su marido peleaba por su nación. Al saber
 

 
que estaba embarazada tramo un plan para que Urías
 

 
creyera que el niño era de él, al fallar el plan David
 

 
abusando de su posición mandó carta en manos del
 

 
propio Urias donde ordenaba que lo dejaran solo en
 

 
medio de la guerra y de está forma perdiera la vida. Una
 

 
vez viuda Betsabé, David la tomó por esposa creyendo
 

 
que nadie se daría cuenta de sus pecados (2 de
 
Samuel 11)
 
Samuel 11). El rey engañó a su nación pero no a Dios
 

 
por lo que le mandó al profeta Natán quien le hizo ver
 

 
su pecado y lo dejó al descubierto (2 de Samuel
 
12:1-15)
 
12:1-15). Este pasaje menciona que David dijo: “Pequé
 

 
contra Jehová” (2 de Samuel 12:13), pero el Salmo 51
 

 
nos da en forma muy completa todo lo que David le dijo
 

 
a Dios y lo que surgió en su corazón al entender lo que
 

 
había hecho. El rey David describe once acciones que describen lo que es un arrepentimiento genuino.

1. Piedad​ (Salmos 51:1)
 

 
La palabra piedad significa mostrar un acto de bondad,
 

 
compasión o beneficio a una persona. David lo primero
 

 
que pide es que Dios muestre su favor de acuerdo a su
 

 
amor el cual nunca falla y de acuerdo a su compasión,
 

 
la cual es abundante de está forma desapareciendo
 

 
totalmente su rebelión. David se humilló en forma total
 

 
ya que reconoce que se rebeló en contra de Dios ya
 

 
que lo que había hecho era un acto desafiante a su
 

 
autoridad y pide con todo su corazón la misericordia de
 

 
Dios, en otras palabras que no le de lo que sus actos
 

 
demandan en retribución a su acto de maldad.
 

 
No hay otra forma de empezar cuando el hombre se
 

 
arrepiente de corazón, se abandona totalmente a la
 

 
compasión de Dios entendiendo la gravedad de su
 

 
delito, no lo trata de minimizar o encontrar una razón
 

 
por haberlo hecho. Stephen Olford dice: “El primer paso
 

 
del arrepentimiento es la correcta evaluación de
 

 
nosotros mismos a los ojos de Dios” (Guía de Predicación
 

 
Expositiva. Olford y Olford. Editorial B&H. página 37).

2. Limpieza (Salmos 51:2)

David entendió a la perfección la suciedad e impureza
 

 
de su condición espiritual por lo que pide que Dios lo
 

 
limpie totalmente de su pecado con la finalidad de

restaurarlo a una nueva condición de pureza donde no
 

 
haya la más mínima mancha presente.
 

 
El problema del hombre es que continuamente minimiza
 

 
su pecado al compararse con otras personas, no se
 

 
siente responsable de sus actos al culpar a las
 

 
circunstancias, a la cultura, a otra persona, a la
 

 
sociedad, a lo que sea con tal de sentir que su acto no
 

 
fue ni malo ni perverso. El hombre al creer que es una
 

 
“buena persona” entonces el arrepentimiento no es
 

 
necesario y lo que hizo Jesús en la cruz al morir por los
 

 
pecadores es irrelevante y es un acto incomprensible
 

 
para él.

3. Reconocer​ (Salmos 51:3)
 

 
David estaba totalmente consciente de lo que sus actos
 

 
eran contrarios al estándar perfecto de Dios, se requiere
 

 
de muchos pantalones para confesarse culpable y no
 

 
tener miedo de aceptar la gravedad de las faltas
 

 
cometidas. Este rey entendía la condición de pecado
 

 
que tenía, que él no era bueno ya que continuamente
 

 
pecaba en contra de Dios. David en dos Salmos
 

 
expresa las mismas palabras que reconocen la rebelión
 

 
del hombre, que no hay nadie que haga el bien o que
 

 
busque a Dios y concluye que no hay quien haga lo
 

 
bueno ni siquiera uno (Salmos 14:1-3, Salmos 53:1-3) y
 

 
Pablo textualmente lo vuelve a repetir en su carta a los
 

 
Romanos (Romanos 3:10-14). Está verdad es tan vital

que Dios nos la dice en forma idéntica tres veces, como
 

 
decía Jesús el que tenga oidos para oir que escuche
 
(Mateo 11:15).

4. Identificando a quien se afecto (Salmos 51:4-5)
 

 
El arrepentimiento genuino entiende a la perfección que
 

 
el acto de desobediencia es en contra de Dios y de
 

 
nadie más. David había afectado a Urías, a Betsabé, a
 

 
su familia y a su nación pero entendía que lo que había
 

 
violado eran los mandamientos divinos por lo tanto solo

ante Dios era responsable y frente a quien dará cuentas

al final de su vida.
 

 
David se había aprovechado de su posición, había
 

 
codiciado, adulterado, robado, mentido, asesinado,
 

 
deshonrado a Dios y a sus padres, era un idolatra al
 

 
poner sus deseos sobre los mandamientos de Dios, en
 

 
pocas palabras se amaba a sí mismo más que a Dios y
 

 
a su prójimo. Es increíble que con una sola mirada se
 

 
iniciará toda unas serie de actos que hizo que este rey
 

 
cayera en una espiral de pecados que culminó con el
 

 
asesinato de Urías.
 

 
Todo esto llevó a David a entender que Dios tenía la
 

 
razón de dar una sentencia desfavorable en contra de
 

 
quien peca y viola los mandamientos, por ello afirma
 

 
que Dios es un juez totalmente justo, nadie podrá alegar
 

 
que recibió una sentencia que no le corresponde. El
 

 
salmista nos dice que Dios es justo y que cada día está

muy molesto contra quien practica el pecado (Salmos
 
7:11).
 
7:11).
 

 
David reconocía su naturaleza pecadora como hombre
 

 
y que está la tenía desde su nacimiento, pero no uso
 

 
esto para tratar de buscar su inocencia ni le impidió
 

 
reconocer la maldad de sus actos y su responsabilidad
 

 
en la comisión de estos actos malos.

5. En​ ​la​ ​intimidad​ (Salmos 51:6)
 

 
Lo que Dios demanda del hombre es que sea íntegro en
 

 
su interior, a Él no le engañamos con nuestros actos
 

 
externos y es quien da sabiduría en lo profundo del
 

 
corazón para comprender y reconocer la condición
 

 
pecadora del hombre. Somos tan inútiles que ni
 

 
nosotros podemos comprender nuestra maldad sino es
 

 
por la revelación de Dios de nuestra condición caída ya
 

 
que el Espíritu Santo es quien convence al mundo de
 

 
pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8) y esto hace
 

 
que el hombre pueda entender que necesita un
 

 
Salvador al comprender su fracaso por los pecados
 

 
cometidos y que si no se arrepiente le espera una dura
 

 
sentencia cuando se presente ante Dios que le va a
 

 
llevar a la separación eterna (infierno) donde será el
 

 
llorar y crujir de dientes (Apocalipsis 20:11-15, Mateo
 
24:51).
 
24:51).

6. Limpieza​ ​y​ ​alegría(Salmos 51:7-9)
 

 
El hisopo era usado por el sacerdote para limpiar de
 

 
contaminación aquellos que había tocado un muerto o
 

 
un leproso con ello restaurandolos a un estado limpio
 
(Números 19:16-19). Lo que David más deseaba era
 

 
que Dios le limpiara de tal forma que quedara
 

 
totalmente limpio y esto le habría de traer gozo y alegría
 

 
en lo más profundo de su ser. Entender su pecado
 

 
había aplastado a David, a diferencia de una conversión
 

 
falsa que le caracteriza la ausencia de este lamento
 

 
interno como consecuencia de haber ofendido a Dios.
 

 
Nuevamente David pide de Dios que ya no vea su
 

 
pecado y que haga desaparecer su sentimiento de
 

 
culpa. Que diferente a lo que los falsos cristianos narran
 

 
de su conversión al decir que aceptaron a Cristo porque
 

 
necesitaban amor, salud, resolución de problemas pero
 

 
son incapaces de expresar su quebrantamiento por
 

 
haber ofendido a los mandatos de su Creador y único
 

 
Dios.

7. Una​ ​nueva​ ​creación(Salmos 51:10-12)
 

 
David se humilló, pidió perdón, entendió la magnitud de
 

 
su maldad, se reconoció como el único culpable de sus
 

 
actos, entendió que a quien ofendió fue a Dios y
 

 
encontró gozo al saberse perdonado, pero esto no
 

 
terminó ahí. Ahora lo que pide a Dios, al entender su

condición caída que tiene, que sea Él quien le guíe y
 

 
controle su vida. En otras palabras a Dios lo declara el
 

 
Señor de su vida, Dios será su amo y David solo será
 

 
un siervo al servicio de Él. Para ello pide que le de un
 

 
nuevo corazón libre de contaminación, de pecado y que
 

 
su interior sea renovado por un deseo de hacer el bien y
 

 
obedecer los lineamientos de Dios. David no quiere
 

 
volver a separarse de Dios, no quiere perder el Espíritu
 

 
Santo, anhela que Dios le devuelva el gozo de saber
 

 
que fue rescatado y perdonado por Él. Además le pide a
 

 
Dios que le de un espíritu humilde para que de está
 

 
forma pueda sujetarse a lo que Dios demanda. Este
 

 
mismo sentir lo expresa Pablo en su carta a los Efesios
 

 
donde les ordena ya no estar sujetos a su forma previa
 

 
de vida y que ahora vivan con una nueva mente que fue
 

 
creada para vivir de acuerdo con la verdad de Dios
 
(Efesios 4:22-24). Este paso es esencial en el
 

 
arrepentimiento genuino ya que solo pedir perdón y no
 

 
someterse a la autoridad de Dios es seguir en
 

 
enemistad con Él ya que el hombre no quiere continuar
 

 
siendo su propio dios.

8. Obedeciendo​ ​la​ ​gran​ ​comisión​ (Salmos 51:13)
 

 
El gran mandato que Jesús dejó a sus seguidores antes
 

 
de ascender al cielo fue compartir el mensaje de
 

 
salvación a todo hombre en todo lugar (Hechos 1:8). Y
 

 
una evidencia innegable de una conversión genuina es

que el cristiano va a decirle a los demás la condición de
 

 
pecado que tienen que les separa de Dios, les va a
 

 
compartir que Jesús es el único camino para restablecer
 

 
la comunión con Dios y con ello puedan encontrar la
 

 
vida eterna. La palabra de Dios al ser predicada y
 

 
enseñada hará que el hombre se convierta de sus
 

 
malos caminos (Romanos 10:17, Hechos 2:36-38). La
 

 
Biblia enseña claramente que el hombre se arrepiente y
 

 
se convierte para ser salvo, no dice en ningún lugar que
 

 
se requiere aceptar a Jesús ya que esto solo es un acto
 

 
superficial que no reconoce la gravedad y la
 

 
responsabilidad del pecado y solo va a generar
 

 
conversiones falsas (Hechos 3:19, Marcos 1:15).

9. Adoración (Salmos 51:14-15)
 

 
David está interesado en que cada palabra que salga
 

 
de su boca sea para honrar a Dios por lo que pide que
 

 
le ayude a no hacer mal uso de ellas. Ofender
 

 
verbalmente a una persona, despreciar e insultar es
 

 
desobedecer el mandamiento de no matar ya que de
 

 
estas raíces el fruto que se obtendrá será el homicidio
 
(Mateo 5:21-22), como podemos verlo en el pueblo
 

 
alemán que a pesar de ser una nación cristiana y que
 

 
conocía la Biblia de 1940 a 1945 mataron a 6 millones
 

 
de judíos ya que les habían enseñado a despreciar y a
 

 
odiar a los de está nación. David antes que Santiago lo
 

 
plasmara en su carta siglos después, entiende que

ningún hombre puede controlar la lengua, que está llena
 

 
de veneno mortal y que con ella bendecimos y
 

 
maldecimos y que esto no debe ocurrir en la vida de un
 

 
hijo de Dios (Santiago 3:1-12). David quiere ser un buen
 

 
testimonio a los demás y quiere demostrarlo hasta con
 

 
su estilo de hablar y conversar porque al dominarlo será
 

 
capaz de refrenar todo el cuerpo (Santiago 3:3).

10. Las​ ​obras​ ​que​ ​Dios​ ​demanda​ (Salmos 51:16-17)
 

 
Dios nunca ha estado interesado en los actos externos
 

 
del hombre ya que estos son increíblemente
 

 
imperfectos, Isaías 64:6 dice que lo mejor que le
 

 
podemos presentar a Dios para Él son como trapos
 

 
sucios. La salvación por lo que hemos leído de David en
 

 
este salmo deja muy en claro que no se consigue
 

 
porque el hombre contribuya en algo, al contrario la
 

 
salvación es una acto divino en donde el hombre no
 

 
interviene absolutamente en nada (Tito 3:5-7, Efesios
 
2:8-10).
 
2:8-10). Pero lo único que Dios pide del hombre es un
 

 
espíritu quebrantado, que su orgullo haya desaparecido
 

 
y sea reemplazado por un corazón humilde porque
 

 
entendió su condición y la sentencia que merece, si
 

 
usted acude así a Dios puede estar seguro que Él no le
 

 
va a rechazar como no rechazo a David y encontrará el
 

 
perdón.

11. Ofrendas​ ​agradables​ (Salmos 51:18-19)
 

 
David ahora vuelve su atención al Templo y habla de las
 

 
ofrendas que se presentan a Dios para alabarle. Las
 

 
obras aparecen hasta el final, fueron diseñadas por
 

 
Dios para que en obediencia las llevemos a cabo. Estas
 

 
son la evidencia que confirman sin lugar a dudas que el
 

 
arrepentimiento fue genuino, por ello serán aceptadas por

Dios porque provienen de un corazón agradecido y tendrán
 

 
un grato aroma. Las obras no consiguen el perdón de Dios, es la fe, las obras solo reflejan el cambio que ocurrió en la persona a partir de su arrepentimiento (Efesios 2:10, Filipenses 4:18).

Encontrando​ ​Salvación
 

 
David derramó su corazón ante Dios con un corazón
 

 
quebrantado y lleno de dolor al entender que sus actos
 

 
habían violado la Ley de Dios. Este pasaje bíblico nos
 

 
da a conocer que lo único que Dios demanda del
 

 
hombre es que entienda la magnitud de sus ofensas

por haber violado los mandamientos divinos que le lleva

a quedar separado de El.

El hombre no puede salvarse ya que esto es un

regalo de Dios (Efesios 2:8-9) así que no hay obra alguna

que pueda hacer ya que en su imperfección le es imposible

contribuir con algo.

Dios solo pide un corazón que se humille, que le pida
 

 
perdón, que haga a un lado su orgullo al entender que
 

 
fracasó y que está en la necesidad apremiante de ser
 

 
rescatado. La salvación requiere de un corazón que se
 

 
conduela de su condición, que vea las cosas como Dios
 

 
las ve y las crea sin dudar (2 de Corintios 7:9-10).

Le invito a que no siga creyendo que es lo
 

 
suficientemente “bueno” y que no necesita un
 

 
Salvador. No permita que las enseñanzas de los
 

 
hombres y de las religiones le digan que usted puede
 

 
redimirse a sí mismo, que cumplir con ritos religiosos le
 

 
salva, que el bautizo o una serie de
 

 
actos buenos le van ayudar a encontrar el perdón. La
 

 
Biblia es enfática y a través de sus 66 libros repite vez
 

 
tras vez que la fe, la gracia y la misericordia de Dios son
 

 
los únicos elementos que le dan el perdón y la
 

 
reconciliación con Dios, ahora solo le queda creer y
 

 
arrepentirse en forma genuina. Hoy es el día en que
 

 
usted puede reconciliarse con Dios, así que al doblar su
 

 
rodilla pidale perdon a Dios haciéndose responsable de
 

 
sus pecados, permita que Jesús sea el Señor de su vida
 

 
y deposite su fe en Él. Cuando decida creer lo que dice
 

 
Dios en su Palabra le dará la autoridad de ser llamado
 

 
hijo de Él (Juan 1:12), ahora obedezca, lea su Biblia y
 

 
busque una Iglesia donde se proclame la verdad y
 

 
comparta con otros lo que Dios ha hecho en su vida.

Le invito a enviar sus comentarios y preguntas

a: elbcomentarios@gmail.com

    1230
    0